Cuando hablas, mi insomnio mira hacia ti.
Amo todo lo tuyo.
Amo tus labios, tus ojos, tus palabras...
Adoro cuando callas y miras profundo.
Admiro mucho tu trabajo, tu labor sin cansancio.
Casi nunca lo digo, difícil admitirlo, más sin ti, mi vida no avanza y aún así, contigo tampoco.
Anda, haz lo tuyo,
para mi, nada más importa sino mirar tus alas abrir al ocaso.
Y si cambias tu rumbo y tornas a mis brazos,
con valor y sin palabras, mi calor calmará tu frío.
Mi sombra cobijará tu cansancio.
Calla
No importa.
No juzgo.
Sin pronunciar signo alguno, tomo tus manos,
Y caminamos...
Qué difícil es tejer y destejer sueños sin ti,
de noche, en silencio,
Y me sentencio.
Pienso en tu cuerpo, en lo impronunciable,
en ese tiempo sin tiempo que te prometí.
Y te deseo, y es un deseo invisible
Un deseo irreflexivo que me come los dedos.
Es poco decir que respiro por ti,
Lo cierto es que no solo vivo por ti. Escribo, y es por ti.
Esos sonidos mudos
Esos juegos sordos que vencen mis recuerdos y no me permiten dormir.
Un tiempo en el que fuimos uno,
Fundidos.
El universo fue nuestro y fuimos nosotros,
Fuimos el todo.
Eres culpable único de que mis sentidos se nublen, se doblen.
Estoy, por ti y en ti, legible y visible.