jueves, 30 de julio de 2020

Reto Escribirme. Día 9: Enamoramiento


¡Se sentía hermosa!
Estaba hermosa. Estaba estrenando una mini falda roja, tenía unos tacones hermosos, delicados, no muy altos y camisa blanca con rayas rojas. Pocos accesorios, elegantes. Maquillaje sutil pero profundo y actitud, mucha actitud.

Como siempre lo hizo y lo siguió haciendo toda su vida, se vistió para ella, para nadie más. Iba a la fiesta sorpresa de una señora que cumplía 50 años, compañera de trabajo de su mamá. No conocía a nadie ni esperaba hacerlo, ella solo se animó a ir para estrenar su mini falda, tomarse algunos tragos y pasar el rato.

El encuentro fue de película. Él entró por la puerta del local, ella iba bajando unos pequeños escalones que estaban frente a la puerta pero a cierta distancia y separaban la pista de baile de la barra. Su mirada penetrante la hizo voltear, cruzaron miradas por un segundo, hasta que otras personas se atravesaron, saludándolo a él y a su acompañante.

"Es un chico muy guapo" pensó ella, y no le dio más importancia, después de todo, no había ido buscando conocer a nadie.

Él estaba vestido con un suéter cuello de tortuga gris oscuro, pantalón negro de vestir, ojos color miel, piel morena y una sonrisa cautivadora.

Él se esforzó por conocerla. La buscaba con la mirada, se sentó en una mesa cercana a la de ella, encontró la manera de que alguien los presentara, pero ella seguía resistiéndose, procurando un falso desinterés porque lo cierto era que a ella también le había gustado desde que lo vio entrar por la puerta.

En algún momento de la noche, ambos ya aburridos del ambiente, decidieron salir a tomar aire, cada uno por su cuenta. Por supuesto, cuando dos personas están destinadas a ser, todo confabula.

En esa noche, desde ese primer encuentro de miradas, nació una historia de amor que duró toda la vida. No se casaron, no tuvieron hijos, al menos no el uno con el otro, pero se amaron muchísimo. Tenían una conexión especial en la que no existía tiempo ni distancia. Aún cuando al pasar el tiempo cada uno tomo rumbos distintos, siempre había un lugar en común en sus recuerdos y, a veces, en alguna pequeña ciudad del mundo en la que coincidían.

Enamoramiento o amor real, no lo sabremos jamás, pero cada vez que se piensan surge una sonrisa cálida y nadie sabe por qué.



4 comentarios:

  1. Maravilloso...soy una romanticona y adoro este tipo de historias de amor poco comunes.

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    1. Que bien jaja. Esta persona ahora vive en otro país... tenemos tiempo sin hablar pero me provoca enviarle este relato a ver si él también lo recuerda así.

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